Cuándo te vi y me guiñaste no creí que te gustara, no creí que te provocara, no creí que cayeras y me hicieras caer junto a ti en la alfombra, no crie que fuera verdad, que tus manos tocaran las mías y tu centro se juntara con el mío, no creí que fuera real, ese beso no lo creí, no creí que estuviéramos haciendo eso, que le llaman sexo, no creí que me lo piedras, no creí que lo desearas tanto como yo lo deseaba de ti, No supe en que momento me tomaste, me besaste y me dominaste, no supe cuando me tomaste , en el momento que me quitaste y me hiciste tuyo.
Ahí fue cuando me entere que el sentimiento era verdadero, que me deseabas, así que hicimos eso, el sexo, te penetre, pero tú me penetraste, me penetraste el alma, como mi miembro entro a ti, tu entraste en mi corazón; con fuerza, virilidad y pasión.
Hiciste que mi sangre corriera por todo mi ser, llenado cavidades donde demostraba mi virilidad ante ti, ahí tirados en esa alfombra, alfombra color marro, que ocultaba la marca de tu secreto, ese secreto que en un chorro escarlata descubrí al fin. No te habías entregado a nadie más, no te habías mostrado a plenitud, ¿pero porque lo hiciste conmigo?, pregunta que recorre mi mente noche a noche, día a día, días que pasan sin tu cuerpo a mi lado, sin la conexión que hiciste con mi lama; conexion que dejo embriagada a mi alma de ti, de tu sexo, tu sudor, tu olor he incluso tu sonido, en cada gemido que dejabas escapar, eran como escuchar susurros, de un te amo apasionado, un no me dejes nunca y un te quiero para siempre, eso se escuchaban en esos gemidnos acelerados.
Mi corazón no podía mas, sentía que se saldría de control a cada movimiento seductor de tu cadera, cabeza y de sus manos... Manos que terminaron por separar nuestros cuerpos cuando exhaustos y sin aliento terminaron llenos de placer y así mi día a día no puede estar lejos de ti, tanto que cada segundo que respiro es como morir ahogado sin el oxigeno que eres para mí.
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